Doris Taylor, Miembro de
la Universidad de Minnesota.
““Ahora más que nunca queda claro que como
vengo manteniendo desde hace tiempo, la idea de disponer de corazones bioartificiales eficaces
a partir de
corazones donados y “reconstruidos”
con células madre
del propio enfermo no es una utopía”
Como se mencionó anteriormente, la técnica de la descelularización, consiste
principalmente en utilizar diferentes soluciones para poder aislar y preservar
la matriz extracelular de células de distintos tejidos, la cual puede ser
utilizada en la fabricación, reparación y regeneración de órganos artificiales y reales, y de tejidos. En esta misma línea,
se debe destacar en este punto, que estudios recientes llevados a cabo por la
científica Doris Taylor, miembro de la Universidad de
Minnesota, lograron crear por primera vez un corazón bioartificial funcional.
El experimento se llevó a cabo siguiendo las bases de los estudios realizados
en años anteriores con ratones y cerdos. Para esta oportunidad, se utilizaron
corazones de cadáveres de ratas, a los cuales se les inyectaron distintas
soluciones para poder limpiar sus células cardiacas de residuos celulares o
posibles contaminaciones, pero procurando conservar su matriz extracelular. Luego, se utilizaron células madres
(entiéndase células madre como las que tienen la capacidad de dividirse y diferenciarse en diversos tipos de
células especializadas y de auto renovarse para producir más células madre) de
ratas para rellenar el corazón y se dejó cultivar el tejido durante 28 días
para así permitir la recelularización y la proliferación de los tejidos. Al
cabo de 4 días de haberse finalizado la recelularización,
el equipo de investigación pudo observar que el corazón que se había creado
lograba contraerse; y, además, que a los 8 días de su fabricación este ya
poseía la completa capacidad de funcionar como una bomba cardíaca. Al obtener tan buenos resultados con corazones de
rata, este mismo equipo de investigación se propuso aplicar estas técnicas en
un corazón de cerdo, el cual tiene un tamaño similar al de los hombres, lo que
ayudaría a confirmar la posibilidad de llevar a cabo esta técnica en pacientes humanos. Cabe destacar que no solamente
se logró aplicar en corazones, sino que también se obtuvieron resultados
favorables experimentalmente en otros órganos, como pulmones, riñones y distintos
tipos de tejidos.
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